13 nov 2012

El modelo de América del Norte



En el centro del gran mercado competitivo televisivo de EE.UU., se hace un hueco PBS (Public Broadcasting System), una corporación privada si ánimo de lucro que distribuye producciones de interés educativo y cultural a todos los canales públicos estadounidenses con licencia de emisión de programas educativos. Su finalidad: informar, motivar y educar. Nada que se salga de aquello que toda productora o cadena debería de tener por principios. PBS ha puesto en marcha iniciativas destinadas a canales y públicos concretos, como el PBS Kids para niños en edad preescolar, y mantiene una coordinación con el sistema educativo a través de las webs a fin de suministrar ayudas tutoriales y materiales complementarios.
También sirve programas destinados a la población adulta con una programación de apoyo a la formación permanente de tosos los ciudadanos con iniciaticas como The Business Channel, a fin de proporcionar formación específica a profesionales.

Por supuesto, no hay que olvidar al ya mencionado CTW (Children's TV Workshop), taller de producción de programas para niños de todas las edades como Barrio Sésamo; 3, 2, 1 contacto; Ghost Writer, etc.

Agustín García Matilla también subraya en su libro, el sistema de financiación de la televisión pública norteamericana y su originalidad pues se basa en las aportaciones de fundaciones, empresas y particulares.

Sin salir de la misma zona geográfica, el caso de Canadá es todo un ejemplo a seguir pues sus televisiones de ámbito regional y local son un ejemplo de la denominada televisión de acceso, que da a  las organizaciones cívicas y sociales la oportunidad de utilizar la televisión como un medio de participación. Este es el caso de TV Ontario, cadena regional de dos canales, uno anglófono y otro francófono, ambos con programas educativos insertos en un concepto de cultura local. Lo mismo ocurre con Canal Saber, en Vancouver o Télé Québec.

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